diumenge, 22 de maig del 2022

~ Costum de les maduixes en "La Esmeralda" (1847) ~

Per al mes de maig, rescatem del setmanari "La Esmeralda", en concret del número 128, un article sobre un costum molt arrelat a la ciutat de València, como era el menjar de les maduixes, en plena primavera, publicat el diumenge 23 de maig, digne d'aparéixer en la secció "Panorama de la costumbres valencianas" i signat, en aquest cas, per Francisco de Paula Gras. 

La Esmeralda (23-05-1847)

Amb una introducció que tracta de defugir de les imatges poètiques que sobre la ciutat de València tot el món coneix, però no deixa de nomenar, l'autor glossa l'arribada del mes de maig i l'inici de la temporada de les maduixes: "Estamos en el mes de las flores y en el pais que tanto abundan ostentando galanas sus matices y derramando purísima esencia que embalsama el ambiente; en la temporada de las fresas que tanto se apetecen y se desean..."

Com si d'un sortilegi es tractara, amb l'expressió "anem a l'hort de les maduixes", la gent reacciona amb entusiasme i es posa en moviment: "Nuestro amables lectores habrán experimentado en mas de una ocasion la fuerza de esa palabra mágica, que pronunciamos de seis á ocho de la tarde, hace poner en movimiento al mas estacionario y pacífico ciudadano, ó cuidadana; con efecto, no hay quien resista á la poderosa invitacion de: vamos al huerto de las fresas".

Els horts més afamats i, per tant, més concorreguts són el del Santíssim i els que es troben pel carrer d'Alboraia: "Una de las cosas que hacen mas bella y encantada la estacion florida en el suelo Edetano, es como dejamos dicho anteriormente, el paseo que proporcionan los hermosos huertos que se hallan á las inmediaciones de la capital, muchos son estos en número, aunque los mas concurridos para el objeto de nuestro artículo, pueden circunscribirse á los que se denominan del Santísimo y de la calle Alboraya".

Uns horts frondosos, com si forem jardins, amb taules distribuïdes en els indrets més atractius i suggeridors: "Precioso es el aspecto que presentan para los aficionadillos á la rica fresa, esos deleitables semijardines que tienen distribuidas una porcion de mesas en los parages mas pintorescos: aquellas á la dulce sombra de un grupo de naranjos que entretegen y enlazan sus nacientes tallos formando un toldo; otras colocadas en la sublime y poética estancia que presta un cercado de flores diversas que se elevan sobre las plantas de que nacen".

Al capvespre, la gent que va acudint, espera trobar-se amb una taula plena de menges amb què delectar el seu berenar: "Todo es allí de buen gusto y lozano, cuando por término de la jornada, despues de haber cogido con toda libertad unas cuantas flores para un ramo, se espera que una mesa quede cubierta de platos con manjares que brindan una regular merienda".

L'autor ens descriu els components que conformen el berenar, en el qual no han de faltar les exquisides maduixes, ni tampoc la beguda espirituosa: "Compónese esta por lo comun de fresas servidas en abundancia, ó como los concurrentes estimen, de salchichon de Vich, alguna diversidad de pasteles, y una ó muchas botellas del áspero, seco ó rancio, que es alma del bureo y como si dijésemos la música de la fiesta".

I una galeria de tipus van apareguent, com una faràndula que es mou i es deixa veure pels horts, conformant diverses escenes, mostrades per l'autor amb fina ironia:  "No es allí estraño ver á un tiempo mismo convertido en éxtasis al admirador del cuadro que la naturaleza presenta con tanta esplendidéz; al relamido doncel espiando desde alguna distancia, protegido por la arboleda, los pasos de su adorada Filis; al gastrónomo con cucharita en mano y vaso en ristre brindando en su estado feliz por todo cuanto le ocurre de lo bueno; y á toda una familia que engulle silenciosa al uso patriarcal un conjunto de materiales que despiden olor confortativo".

L'estampa es completa amb la presència gentil de la llauradora, a la crida del grup corresponent, apostat en una taula, que vol gaudir d'un bon berenar: "Es difícil resistir a la tentacion de sentarse al rededor de una de aquellas mesas, y dar con cierto aire de triunfo y desenfado sendos porrazos para que se oigan de la casa de los huertos, y acuda una graciosa labradora mas fresca que un lirio (ó mas mustia que un pámpano en octubre, aunque no es esto lo regular) preguntando qué desean los señores á quienes sirve; cuando esto sucede, se pone sobre la mesa un limpio mantel y servicio proporcionado á la diversion agreste".

En definitiva, amb la plenitud de la primavera, les visites i passejos als horts que es trobaven al voltant de la ciutat i, sobretot, anar a menjar maduixes formaven part dels costums més arrelats i afamats: "Los huertos, pues, se convierten en paseos de animada concurrencia, (...) por lo demás hemos dicho que es inesplicable el grato ambar de una atmósfera embalsamada, de un suelo en que se pisa una capa de hojas de flores y de azahar, y lo que tanto vale de una visita á las fresas que se comen en mayo para hacerlo mas animado y bello".

Font d'informació:
Bivaldi